GOTA

 La gota es una enfermedad que se caracteriza por la acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones, lo que provoca ataques de artritis aguda... dolor, edema, eritema, hipersensibilidad en la articulación afecta predominantemente en articulación metatarsofalángica ( dedo gordo del pie). 

El ácido úrico es un subproducto natural del metabolismo de las purinas, que son compuestos presentes en las células del cuerpo y en algunos alimentos como pescados, mariscos, anchoas, sardinas, mejillones, truchas, atún, bebidas alcohólicas como cervezas y ciertas bebidas endulzadas con fructosa que van a estimular una alta producción de ácido úrico la cual se hace de difícil eliminación por medio de los riñones acumulandose asi en las articulaciones. 

La gota es la enfermedad inflamatoria articular más frecuente en varones adultos y en mujeres posmenopáusicas

Factores de Riesgo:

Dieta: Consumir alimentos ricos en purinas, como mariscos, carnes rojas y bebidas alcohólicas, puede aumentar el riesgo.

Genética: La predisposición genética puede influir en la susceptibilidad a la gota.

Enfermedades Subyacentes: La hipertensión, la insuficiencia renal y la diabetes pueden aumentar el riesgo.

Diagnóstico:

Clínica: Evaluación de signos y síntomas.

Análisis de Sangre: Se realizan pruebas para medir los niveles de ácido úrico en la sangre.

Aspiración Articular: Obtención de líquido de la articulación afectada para identificar cristales de ácido úrico.

Tratamiento:

Medicamentos: Antiinflamatorios no esteroides (AINE), corticosteroides ( indicación médica) y medicamentos para reducir los niveles de ácido úrico.

Cambios en la Dieta: Moderación en el consumo de alimentos ricos en purinas y reducción del consumo de alcohol.

 Hidratación: Beber suficiente agua para ayudar a eliminar el ácido úrico del cuerpo.

Prevención:

 Dieta Balanceada: Moderar el consumo de purinas y mantener una dieta equilibrada.

 Control del Peso: Mantener un peso saludable puede ayudar a prevenir los ataques de gota.

Es importante buscar atención médica si se sospecha de gota, ya que un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden ayudar a controlar la enfermedad y prevenir futuros ataques.